5.11.07

DANDO MÁS VUELTAS QUE UNA CABRA TUERTA



Para no confundirnos: porque como el mundo está tan globalizado, un día nos montamos en el coche medio dormidos, nos ponemos en marcha... y nos damos cuenta de que no sabemos dónde estamos. Esta utilísima señal nos aclara que no en Vladivostock, ni en Mansilla de las Mulas; tampoco en Ulan-Bator o en Cercedilla; ni siquiera en Navalcarnero, Houston o Maputo, sino en la mismísima Corte de Juan Carlos I, la villa anteúltimo escalón al cielo y capital de todas las Españas. Ahí es nada.







Fuente prebélica en la Casa de Campo.



El río de la Casa de Campo.





Esto no es la superficie de Marte ni un campo de ejercicios de tiro del ejército, sino un parterre de la plaza del Dos de Mayo. Un parterre que adolece de falta de cuidados, evidentemente.

Un amigo ecuatoriano, ingeniero agrónomo, se hacía cruces cuando llegó a Madrid, acostumbrado a las ricas tierras del lugar del que procedía, cuando vio que el suelo era paupérrimo y constaba sólo de arena de granito; un suelo con un solo horizonte, de cientos de metros de profundidad, producto de los derrubios del Sistema Central. No sabía cómo sobrevivían las plantas... Lo que tampoco sabía entonces es que no sólo a las plantas les ocurre... también las personas que caminamos sobre ese suelo sobrevivimos de milagro.









El cuarto de la pensión, de cama estrecha y puerta más estrecha todavía.


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Cuando en un hostal se tiene el honor de que a uno le den una habitación a la calle sin que le conozcan de nada, hay que sospechar... En este caso es sábado y estamos en el cogollico de Tribunal, lo que significa chuntachunta nocturno asegurado.




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Sobre sendos pedestales.




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Paseíto dominical en pos de la tapa, la pulga o el cafelito.

8 comentarios:

Unknown dijo...

¿Esa supongo era la habitación dónde te quedaste a mimi?¿Cierto?

¿La plaza del 2 de Mayo ahora es marte?;-)

Glo dijo...

Sí, es la habitación donde me quedé a dormir. Después la conservarán, tal cual, colgando una foto mía y un letrero a la entrada que rece: aquí hizo parada el insigne bloguero.

Yo me inclino más por lo militar...

Unknown dijo...

Ja,ja,ja...

A mi lo único que me gusta militar...Es a un buen tio fornido en el,para quitarselo ...Mmmm
Aunque ya no me hace tanta gracia..
...

:-)(-:

Glo dijo...

Yo salí con una mujer policía... Mejicana, para más placer.

Anónimo dijo...

La plaza del dos de mayo es desoladora. Ese parque dan ganas de llorar. Alguna vez he ido por allí con mi hijo y verlo jugar aprisionado en el cemento me enefermó. Tropecé con un amigo italiano que vive en la zona. Desayuna ansioliticos y sueña con Dinamarca.
Tengo la fortuna de vivir frente a un pinar. Si no estaría ahogada.
Nací y crecí en un sitio tan verde que hiere. Madrid, a veces, se hace difícil.

cariños, GloGlo!

Glo dijo...

Yo también nací en un lugar muy verde. Será por eso que, después de haber pasado varios años en Madrid, no me deja descansar el ansia de decir que se puede vivir mejor, a pesar de lo extremo que sea el clima; que si existen los patios silenciosos y frescos, las fuentes, los rosales trepadores y los jardines pequeños en otros lugares más áridos, también pueden existir en Madrid; y no paro de preguntarme porqué no es así, y porqué la gente ha de vivir condenada a soportar tanta dureza.

Un gran abrazo.

JL. Seisdedos dijo...

La aspidistra y la habitación son mis preferidas.

Glo dijo...

Gracias, Juan Luis. La de la habitación también lo es mía.