Ayer, como me suele ocurrir a menudo, quedé atrapado como una polilla delante del televisor. Pero no fue del todo una pérdida de tiempo, pues me enteré de que va a ser el rey quien pague la multa impuesta a los autores de la portada de El Jueves. Jugada maestra, con la que, con un gesto sencillo, Juan Carlos mata tres pájaros de un tiro: recupera la popularidad perdida, se muestra contrario a la ley que ha originado todo el follón y deja a la altura del barro al señor juez.
Después de esto, no se puede dudar de que la política es una de las bellas artes, y que cada una de sus jugadas puede ser una fuente de placer estético. Incluyo esta maniobra entre mis preferidas, junto al "descubrimiento" de la tumba del apostol Santiago y el "invento" de "la libertad" en Estados Unidos.
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