He dado por concluida la jornada de hoy. Me he puesto la sinfonía nº15 de Shostakovich. La del entrechocar de huesos, como la llamaría yo. Porque Shostakovich parece ser "programático" algunas veces, aunque no deje constancia explícita de ello. Al menos a mí me gusta pensar que, de vez en cuando nos cuenta una "historia".
En esta sinfonía (la última, de la que no he podido encontrar más que uno de sus movimientos), su autor parece decir algo parecido a lo que nos cuenta Svankmajer en "la muerte del stalinismo en Bohemia", en la que después de cada apoteosis, llega el ocaso y el renacer de una nueva época, igual de vana que la anterior.
Pero esto es solamente un hipotético hilo conductor. Una gran obra es siempre mucho más.
2 comentarios:
La verdad es que suena un poco a un algoritmo matemático, al estilo de la primera de Sibelius, si bien este último es más frío todavía.
Saludos.
Yo encuentro fascinante la obra de este hombre. Poco a poco voy abarcando toda su vasta producción, pero ante su obra me siento todavía como si me encontrara demasiado cerca de un enorme cartel que me impidiera verlo en su totalidad.
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