20.7.09

MARINEROS



Ayer tomaba un café en un lugar en el que nunca había estado. Un local nuevo con vistas de la escollera de Las Arenas sobre el último tramo de la ría. El velero de la imagen remontaba aprovechando el viento de popa, como se hizo durante siglos gracias a la favorable orientación del tramo navegable del Nervión. La mayor parte de las embarcaciones lo hacen a motor, pero aquella prefería la manera tradicional.

Al cabo de unos minutos, el mismo barco descendía virtuosamente, dando bordadas, porque el viento seguía soplando del noroeste, es decir, en contra de su nuevo sentido de avance. La maniobra era osada, si no temeraria, porque la profundidad de la ría es variable y los veleros suelen tener una prominencia en la quilla, a veces de gran tamaño, que les sirve de contrapeso y evita que vuelquen con los golpes de viento. No hubo incidente alguno, y tan rápido como había subido, descendió, con apenas un leve flamear del foque. No soy yo hombre de mar ni entendido en cuestiones de vela, pero aún así aquello me resultó un espectáculo admirable, porque se intuía la dificultad de la maniobra y la habilidad de aquellos dos marineros. Y el barco, aún desde lejos, se apreciaba que tenía una calidad distinta a la habitual.

4 comentarios:

JL. Seisdedos dijo...

Me encanta esa foto, Glo.

Glo dijo...

Gracias, Juan Luis.

Un abrazo.

Lena yau dijo...

El juego de la vela al viento y de la madera al agua, siempre me ha parecido poesía.

Bellísima foto Glo.

Glo dijo...

Gracias, Lena.