La realidad que me rodea me recuerda cada vez más la imagen que adquirí de la "Europa del Este" durante los años que me tocó vivir en la "Europa del bienestar". La misma fatiga y el mismo desánimo en la gente; el mismo deterioro en las cosas.
De aquel viaje a Berlín oriental he retenido hasta hoy las imágenes de un roto en un Traband por el que se veía que estaba hecho de fibra de vidrio; de un soldado grande que supuestamente había de caber en uno de aquellos diminutos coches; de la falta de tiendas, salvo las concentradas en la Alexanderplatz; de la cara de aburrimiento de los funcionarios que nos atendían, con quienes era difícil entenderse porque no encontrábamos un idioma común; de los tranvías que llegaban frente al Pergamon Museum y que poco después dejaron de hacerlo; de las estaciones "del otro lado" en las que no paraba el metro; del penetrante olor a carbón; de lo gris del cielo, y de lo sucio de los edificios.
De aquel viaje a Berlín oriental he retenido hasta hoy las imágenes de un roto en un Traband por el que se veía que estaba hecho de fibra de vidrio; de un soldado grande que supuestamente había de caber en uno de aquellos diminutos coches; de la falta de tiendas, salvo las concentradas en la Alexanderplatz; de la cara de aburrimiento de los funcionarios que nos atendían, con quienes era difícil entenderse porque no encontrábamos un idioma común; de los tranvías que llegaban frente al Pergamon Museum y que poco después dejaron de hacerlo; de las estaciones "del otro lado" en las que no paraba el metro; del penetrante olor a carbón; de lo gris del cielo, y de lo sucio de los edificios.
2 comentarios:
Lo poco que recorrí de la Alemania del Este daba pena, en Postdam los edificios del pueblo carecían de contraventanas, las habían quemado para sobrellevar los rigores invernales.
Mi hermana fue detenida por la stasi, al considerarla una espía occidental. A estos tíos no les cabía en la cabeza que una española hablara correctamente el alemán. Menos mal que los servicios diplomáticos solucionaron el caso.
Saludos.
Este invierno quizá tengamos que quemar nosotros nuestras contraventanas.
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