Dicen que Lemóniz estaba lista para funcionar; a falta tan sólo del material físil. A veces llevo a mis familiares y amigos a ver este cadáver, como si de una catedral se tratara. El asombro es parecido al que provoca los monumentos, que tampoco suelen interesar por sí mismos. Es más, si tenemos en cuenta su espléndida situación geográfica, probablemente este cementerio de millones sea lo más interesante para ver en Vizcaya.
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