19.12.11

LA ECOLOGÍA BIEN ENTENDIDA EMPIEZA POR UNO MISMO

La ecología, como cualquier otro de los grandes asuntos, penden de los pequeños actos o de las pequeñas inacciones de cada uno de nosotros:

- Las acacias de la calle Virgen de Lluc de Madrid siguen muriendo de sed porque, aunque pensé hacerlo, finalmente nunca llené una botella con agua y la derramé en el alcorque de al menos una de ellas. Ni siquiera de la que se encontraba delante de aquella casita unifamiliar en la que vivía mi amiga Mati.

- Todos los otoños pienso en recoger las bellotas de las especies relictas de Quercus que tengo más cerca (Quercus pyrenaica y Quercus ilex, variedad ilex). Pero, año tras año, nunca lo consigo. Si lo consiguiera, quizá dejarían de ser relictas, pero la pereza y las pequeñas razones se oponen eficazmente a esos actos de poca utilidad práctica.

2 comentarios:

arponauta dijo...

¡oooh! increíble casualidad o no. sin palabras me dejas. pero que conste que de vez en cuando riego con un cubo el alcorque que me corresponde y a pesar de eso, o por eso, "mi" acacia es la más perjudicada de toda la calle :-(

[to be continued]

Glo dijo...

Lo deduje por tus fotos desde la ventana. Hace mucho tiempo te envié un correo en el que mostraba mi sorpresa por la coincidencia... pero aquella botella debió perderse en el mar de internet. No quise insistir porque pensé que quizá no te agradaba. Pero la verdad es que no deja de sorprenderme que, de los miles de blogs que hay, fuera a caer precisamente en el tuyo... y que me quedara hasta hoy.