27.5.14

CANTO AL SOL, DE AMENHOTEP IV O AMENOFIS IV

CANTO AL SOL

Tú brillas, magnífico, en el horizonte del cielo;
tú, Sol vivo, que gobiernas la vida.

Tú apareces por el horizonte de oriente
y tú llenas el país con tu esplendor.
...

Cuando desaparecen en el horizonte de poniente,
la tierra se vuelve oscura y triste,
como si estuviera muerta.
Cuando llega de nuevo el día,
cuando te levantas en el horizonte
e irradias tu luz durante todo el día,
expulsas de la tierra a la oscuridad y nos ofreces la luz.
La tierra es feliz y se despierta.
El ganado está satisfecho con su hierba,
y los árboles y las ramas aparecen cubiertos de verdor.
Los pájaros dejan sus nidos y sus alas
entonan un canto de alabanza a tu existencia.
Las liebres corren por los campos,
y todo lo que vuela y revolotea vive cuando tú apareces.
Tú solo has creado la tierra, por deseo tuyo,
con los hombres, los rebaños y los animales salvajes;
todo lo que existe sobre la tierra
y todo lo que vuela por encima de ella.
Tú eres quien coloca a cada cual en el lugar que le corresponde
y tú le proporcionas cuanto necesita.
Tú te nos ofreces en forma de Sol vivo.
Tú haces nacer a millones de seres con tu sola presencia.
Tú eres el tiempo de vida
y todos viven por ti.


Amenhotep IV o Amenofis IV

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