Este extraordinario edificio de Rafael Echaide y Carlos Sobrini siempre ha sido para mí motivo de admiración. Mezcla entre la rotunda volumentría de las construcciones del norte de Navarra y la delicadeza de la villa imperial de Katsura, comedores de la Universidad de Navarra es "otra cosa". El acierto de la cita japonesa es total, y quien acude a comer allí disfruta de una relación con el entorno muy difícil de superar: mezcla entre el placer de comer (muy bien) y el de contemplar.
Para mí este ejemplo supone la cumbre del quehacer de un arquitecto.
Esta es la entrada número 5.000 de este blog.
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