Obra de Francisco de Asís, Cabrero Torres-Quevedo y Rafael de Aburto Renobales, cuya dirección es paseo del Prado, nº20. Construido entre 1949 y 1951 sobre el proyecto ganador del concurso, obra del primer arquitecto.
Escribo esta entrada tras leer, con disgusto, un blog publicado en El Mundo, en el que su autor habla de este edificio en términos exclusivamente despectivos. De hecho, no hace crítica alguna; solamente consta de una enumeración de adjetivos.
Observando actitudes como esa, me doy cuenta de la excelencia de algunos de los docentes universitarios a quienes tuve la suerte de escuchar y de los que intenté aprender. En sus clases se ponía el objeto de estudio en su contexto histórico, estudiando influencias y parentescos con otras obras similares, así como con obras de otras disciplinas que pudieran estar relacionadas. Así mismo se situaba la obra en el conjunto de la producción de su autor y se valoraba su importancia y aportaciones dentro de la misma. Por allí desfilaron comunistas, judíos, falangistas, ateos, autores de todas las nacionalidades, creyentes, empresarios, nazis y poetas, y no recuerdo, jamás, comentario despectivo alguno de la obra de nadie.
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Es una pena, porque sí pueden decirse muchas cosas de una gran obra como esa, como sus referencias a la arquitectura italiana, al surrealismo y, como es lógico, al Museo del Prado, situado justo enfrente. Incluso anécdotas como la de que su ejecución fue posible gracias a la llegada al país de las primeras máquinas excavadoras...
Recuerdo haber asistido a la presentación, por parte del propio Cabrero, de una especie de "summa arquitectónica" escrita por él mismo, de la que no he vuelto a tener noticia. De seguro resulta una lectura fascinante.
Quiero recordar que Cabrero es también el autor del magnífico palacio de Cristal de la Casa de Campo y de otras obras importantes pero mucho menos conocidas.
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