Hoy me tocó cruzar el puente de La Merced y patear la antigua zona de putas.
Aún quedan algunos locales de alterne en la calle Las Cortes, como "El Edén",
"Le Moulin Rouge",
"El Manhattan"... Y algunos otros que no fotografié porque los propietarios se mosquean.
Ya en el ensanche encontré esta cubierta de agua,
y las siempre fotogénicas torres de Isozaki...
...
El medio que hemos creado para vivir nos hace perder la dignidad.
La ciudad se alimenta de carne humana.
Sus aceras relamidas por las máquinas limpiadoras, los parques de cuento de hadas en los que sólo hay mierda de perro... nada en ninguna parte que se pueda comer, que se pueda modificar... Una prisión en la que todo está pensado y calculado, y en la que no nos consentimos participar.
4 comentarios:
Pues imagínate los invidentes y los discapacitados tropezando a diestro y siniestro con toda esa barahunda del llamado mobiliario urbano y las señales de tráfico, para ello esto es peor que la jungla.
Saludos.
Poeta en Bilbao, ¿eh? Me has recordado a Lorca...
Bilbao, desde luego, no es el lugar más indicado para un discapacitado. Ni siquiera para un anciando.
Saludos, nómada.
En Madrid conocí a un bailarín de padre inglés, bilingüe, que dijo algo que me resultó chocante y esclarecedor de lo que cabe esperar de una gran ciudad: estuvo viviendo muchos años en Nueva York y acabó marchándose de allí cuando "se cansó de tanta soledad"...
Publicar un comentario