Demolición, en 2001, del colegio de las Hijas de la Cruz, en Barakaldo. En su lugar se edificó una manzana más jugosa que la de Blancanieves. Tiempos de especulación salvaje. Tentación de la que no se libró casi nadie. Ni siquiera las hermanas, que fueron rebautizadas en la oficina con esta sarcástica nueva advocación.
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