Resulta sorprendente la presión a la que Shostakovich se ve sometido, durante toda su vida, para que de un sentido extra-musical a su obra. Cuando pienso en ello, me acuerdo de Helena Bonham Carter, en "regreso a Howards End" preguntando, con escepticimo, porqué el musicólogo que da una charla sobre la quinta sinfonía de Beethoven, afirma que el tercer movimiento es la descripción de los movimientos de un duende.
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