Guecho, que tanta influencia de la arquitectura medieval inglesa tuvo, adolece de una jardinería muy poco inglesa. Falta ese amor por la vegetación profusa; por la secuencia de ámbitos y el paisajismo en general; por las rarezas; por las combinaciones pensadas de flores y colores de hoja; por el mimo en el cuidado. En su lugar, hay una jardinería profesional, cómoda para el mantenedor pero poco variada, aburrida. Falta la dedicación personal, estorbada por ese desprecio hacia el trabajo manual, considerado indigno, que es tan característico de esta cultura.
El prado- árbol chupa-chups, es la dicotomía que reina, siendo los Prunus cerasifera de hoja rojiza el arbolito más manido (e inapropiado, pues en este clima no florece nunca como esperan de él sus promotores).
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